miércoles, 8 de octubre de 2014

La desidia

Hoy, consultando unos blog de literatura me he encontrado con estos comentarios de Roberto Aliaga (autor de literatura infantil, hablando de los encuentros de autor en los colegios).

Alguna vez hemos llegado a un colegio y le han dicho al representante de la editorial: "¿Pero era hoy la animación? Pues los niños no se han traído el libro. Y no sé si se acordarán, porque como se leyeron el libro hace tres meses... Y a ver qué tal se portan, que este grupo es muy revoltoso. Esperad un poco que los llevemos al aula de usos múltiples. Y no te alargues mucho, que el recreo empieza a menos cuarto..."

Sin embargo, otras veces (la mayoría, por fortuna) cuando llegas al colegio, el profesor te dice: "Vamos a la biblioteca, que ya está todo preparado; han pintado un mural, y hemos hecho una maqueta del camión de papel, y hemos trabajado con distintos finales de la historia, y tienen un montón de preguntas, y... Ya verás, a los niños les ha encantado el libro. ¡Están supermotivados!"

Y es verdad que lo están. Ya lo creo. Porque el entusiasmo se contagia, al igual que la desidia.

Me encantó, y me revolvió, porque cuanto profesional está donde no debiera (no sólo en el caso de profesores, esto se puede aplicar a cualquiera de nosotros), últimamente, que hemos estado de médicos, o en las bibliotecas que frecuentamos... nos hemos encontrado a cada hastiad@ de la vida... no nos damos cuenta de la importancia y la repercusión de estos trabajos.

En el caso de los profesores es especialmente importante (porque los otros bueno, nos podemos sentir ofendidos, desatendidos...), pero una persona dedicada a la enseñanza tiene a su cargo personitas que aprenderán de ella, que serán influenciados por ella. Hace poco leí un artículo que decía que en Finlandia la carrera en educación estaba reservada a las notas más altas, tenía que ser algo totalmente vocacional... He ahí un país en el que la educación está considerada por delante de otras muchas carreras más lucrativas.

En mi vida ha habido todo tipo de profesores... y sólo me acuerdo de los buenos (normal, o por suerte, a los malos los he borrado de la cabeza), de Carolina, que me recomendó un libro que leí muuuuchos años después, que nos animaba a leer el periódico, que no era nada cariñosa, pero conocía y disfrutaba de su trabajo... que me la encontré muchos años después en la Universidad y ¡se acordaba de mí!, y se alegró por haber encontrado la vocación de mi vida... Y de los maestros de mis hijos tampoco me puedo quejar, estoy muy contenta, y a alguna la tengo especial aprecio, Miriam... por cariñosa y dedicada, qué suerte tuvimos con ella.

Hemos tenido mucha suerte de momento, y espero seguir así... espero seguir encontrándonos con personas dedicadas y por supuesto, que disfruten de su trabajo (que entiendo que NO es un trabajo fácil, creo que es uno de los más dificiles que puede afrontar una persona), y también espero no convertirme en una de esas madres de corrillo que se dedican a criticar por sistema a los profesores de sus hijos en la puerta del colegio (sin tener ni idea)...

Y esto va por todo nosotros... cualquiera que sea nuestra profesión.


(no vamos a entrar en la crisis... algunos estamos donde nos dejan... en ese caso, a llevarlo lo mejor que podamos, y con una sonrisa, que a veces cuesta, pero es mejor para nuestro espíritu)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...