viernes, 3 de octubre de 2014

La vida te da sorpresas...

... sorpresas te da la vida la laaaaaa

Y llegó un día en el que decidimos tener hijos. Nunca he sido maternal, nunca me han gustado los niños, y sinceramente creo que en un principio me dejé llevar por las hormonas del momento (acababan de nacer varios bebés en mi entorno y estaba un poco abrumada por esos extraños sentimientos que surgían de mi útero). Y ya llevabamos mucho tiempo juntos mi chico y yo (y no era una de esas decisiones de "ya estamos aburridos de la vida vamos a probar otra cosa", no... tal vez un poco sí "es el momento, no? yo creo que si lo dejemos para más adelante no nos va a apetecer). Y es que nuestra vida nos gustaba mucho... tiempo para nosotros, tiempo para salir, para viajar, lo hacíamos todo a nuestro ritmo... vamos, que vivíamos muy bien.

Yo no quería tener hijos, tampoco quería casarme... pero fíjate, voy cayendo en todos los convencionalismos... (aunque ya no es rara, ni mucho menos, la pareja que decide no tener hijos, o la persona que decide estar sola... que pena no tener más vidas para probarlo todo).

El caso es que nos liamos la manta a la cabeza y yo creo que procurando no darle muchas vueltas al tema, nos lanzamos a la aventura...

Y menuda aventura... hay momentos estresantes, agotadores, desquiciantes, enfados, silencios, total y absoluta incomprensión.

Para esto quedó el parque que nos regalaron

Mi preciosa casa de catálogo convertida en campo de batalla (ya he dicho que soy un poco desastrosa en casa, pero es que no es dificil tener la casa bonita cuando casi no pasas tiempo en ella y el contenido de sus armarios y estanterías es la mitad del que tienes con niños)... Hace cuatro años que voy con lamparones en la ropa... SIEMPRE... es como un misterio misterioso, yo creo que hasta cuando no se me acercan los niños las manchas vienen a mí... vivimos la suciedad y yo en una especie de simbiosis... y no sólo en mi ropa claro...

Hay veces que me doy cuenta de que hay cereales en el suelo que igual llevan allí varios días... ¿los he visto en algún momento? o siempre decido recogerlos un poco más tarde... no sé, la mente me juega malas pasadas...

Y les miro, y pienso "jo, cómo voy a echar de menos cuando ya no sean así de chiquititos, esas preciosas risas, esos pasitos que oigo por la mañana que se dirigen a mi cama". Y entonces ya no veo el caos, la suciedad, sus peleas, nuestras peleas...las prisas... sólo veo sus deditos rechonchetes y esos maravillosos ojos exploradores... y los dejaba así para siempre. ¡¡¡NO CREZCAAAAAAAAAAAAIS!!!! NOOOOOOOOOOOOOOOOOO.... ¿Puede ser también (reflexiono) miedo a lo que falta por venir? Esto ya me lo conozco (más o menos), ya vamos aprendiendo a organizarnos a comprendernos... de lo que viene no sé nada... de nuevas rutinas, nuevos aprendizajes, nuevos sentimientos... no sé... cuando ya aprendes una cosa, cuando ya crees que lo haces bien, tienes que apartarla para pasar a otra, va tan deprisa todo... y entiendo que es parte de la vida, es parte de la magia... jo, pero que miedito a veces... (Reflexiones de una madre, no-vocacional, que decidió serlo)








1 comentario:

  1. Yo estoy rodeada de manchas, en la ropa, en su ropa, en los muebles, tapicerías, paredes... hay veces que ni sé cuanto tiempo llevan ahí.

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